Declarado como Bien Inmaterial Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2009, el tango nació a orillas del Río de la Plata en las ciudades portuarias de Buenos Aires, en Argentina y Montevideo, en Uruguay, a finales del s.XIX.

Su punto de partida fue la migración indígena del interior de ambos países, así como de Europa, en su mayoría españoles e italianos, aunque el instrumento que lo caracteriza, el bandoneón, llegó desde el centro de Europa. Esta mezcla de culturas, danzas y tradiciones musicales, como son el candombe africano, la habanera hispano-cubana, el vals europeo, la polka, el chotis, la mazurca, el flamenco… dieron lugar a nuevos géneros musicales: la milonga, en primer lugar, y después el tango. En sus inicios se bailaba en los barrios pobres que se iban creando a las afueras de las ciudades, en prostíbulos y conventillos. A principios del s.XX el tango comienza a hacerse conocido en París y a ser disfrutado por la clase alta argentina. En 1917 Carlos Gardel grabó Mi noche triste, el llamado primer tango-canción. A los músicos que promovieron y dieron estructura al tango hasta entonces, se les denomina Guardia Vieja. La Guardia Nueva comprende los años 1920 a 1955, siendo la década del 40 la Edad de Oro del tango. Astor Piazzola, compositor y acordeonista, renovó la música del tango y es considerado uno de los mejores compositores de todos los tiempos.